Noche copera en Valencia Seguimos en la onda de la Nissan Sudamericana.
Vamos a traer a la memoria el juego de hace dos años, un 24 de agosto, en el Misael Delgado entre Carabobo y Cienciano.
Pasaba la llave venezolana el equipo del centro del país al vencer a ItalChacao 2 a 0 en la serie con gran actuación del Choco Giraldo. Tras eliminar al equipo de Birinha el siguiente compromiso era contra el campeón de la Sudamericana anterior. Y en ese momento era Cienciano, equipo que había logrado la hazaña de ser campeón de un torneo continental para el cada vez más del montón fútbol peruano.
Cierta expectativa se levantó en la ciudad cabrialense y, a fin de cuentas, se dio la mejor taquilla en años. El equipo peruano lucía flojón y parecía más accesible que el San Lorenzo de años anteriores. El equipo de Plasencia tenía, aparte de Giraldo, a Rosales, Laurens, el Caballo Farías en un equipo decente. Y al Chueco Daniel Delfino, un goleador comprobado.
Un estadio con iluminación al estilo Pueblo Nuevo recibió a ambos equipos. Y el árbitro, el colombiano Hoyos (el mismo que sonó para comentarista arbitral de MTV durante el Mundial) acompañó la lluvia con la particularidad de no prever la confusión de uniformes. Ya había iniciado el encuentro cuando se percató de la cosa y detuvo el pleito.
Los peruanos decían que el local debía traer el uniforme visitante porque ellos no tenían. Los carabobeños pedían que los extranjeros se cambiasen la franela púrpura que llevaban. Se perdieron cerca de 20 minutos. La conclusión: Sigan que yo me las arreglo así (?). Dieron como un cuarto de hora de adición y por allí llegó el gol del 1 a 0 de Portilla.
Un rato después, pasó otra situación que hizo que este match no pasase al olvido. Gol de Carabobo, obra de Delfino. Sale a celebrarlo detrás del arco directo a donde está la camioneta promocional de Nissan, se monta en la parte trasera y empieza a hacer gestos de pirata y... subió Steinbach... y otros más y empezaron a saltar encima de la pickup. Nunca se supo por cuánto fue el siniestro.
Después de un buen partido de Carabobo, llegó un gol mordido por parte de Carlos Lobatón, y sin merecerlo ganó el visitante. Ese equipo impresentable le ganó a Boca la Recopa menos de una semana después en un juego chunquísimo cuyo saque inicial hizo Charly García, los goles los celebraban los fotógrafos gringos con los jugadores, en un estadio en algún lugar de Florida en plena temporada de huracanes.
Por Cóndor
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