23.5.09

Descendió Minervén

El once que redebutó (?) en primera

Primer rumor intertemporadas hecho realidad.

Desde hace al menos dos semanas, se regó la bola (?) de que a Minervén lo iban a descender por incomparecencia en los torneos sub 17 y sub 20. Este viernes, la amenaza se hizo realidad.

El expreso venía de segunda, con el derecho ganado en lo deportivo, aunque antes había desaparecido al Iberoamericano -sí, sí el equipo donde atajaba Rebolledo (?)- en el ascenso. La intención, la misma de otras copias del pasado: revivir al extinto Minervén, el equipo copero noventoso, el que se midió con los grandes de Brasil en la Conmebol, el que limpió a bolivianos y ecuatorianos en la Libertadores, alguna vez campeón nacional.

El ballet azul subió y desde el arranque ofreció perlitas (?). En pretemporada perdió a un delantero por motivos extradeportivos (?). Llegaron como refuerzos colombianos de la Costa y argentinos que osaron ponerse la de Boca. El objetivo, al menos, no era tan ambicioso y pasaba por la simple y llana permanencia.

Con reformas en el Clausura, la llegada del inigualable Raúl Cavallieri, con amigos como Luzardo, Cuero, Mc Intosh, Tulio Hernández, además de los chicos sensación (?) Ibáñez, Palomino y Ortiz lucía como un rival de temer. Bueno, ni Raúl, un histórico del lugar, pudo. Deudas aquí y allá, Charlis Ortiz metiéndola y seguían perdiendo. Empezó a derrapar el equipo, con amenazas de huelga, con el descenso latiendo muy cerca.

Al final, se quedaron. Faltando dos fechas y gracias a otros, se quedaron. Sin embargo, un resbalón en la juvenil -el forfeit en las fechas finales en la categoría que sea te tira pa' categorías de abajo- echó todo por el piso, renació el chance de quedarse de Estrella Roja, le dio más sentido (?) a las compras de Esppor, UNEFA y demases y volvió a dejar en ridículo al fútbol guayanés.

Hace menos de un año estaban jugando contra Deportivo La Coruña. Por estos días la aspiración es que los dejen jugar contra Varyná. Hay material como para que lo publique el ex jugador Leonardo Verón.

Por Cóndor

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