ItalChacao estaba mal.
El baldosero vivía los tiempos posteriores a su eliminación de la Copa Sudamericana en 2004 y atravesaba lo que iba a ser la temporada del descenso.
A la cabeza de la directiva estaban los Restifo. Y la cara visible (?) la del inigualable Walter Stippa.
Un ídolo (?) en su época de jugador. Un ex vinotinto, pese a ser de cuna. Conocido propietario de caballos. Cada semana al frente del azul flotó sobre el estadio Nacional la amenaza de una invasión equina proveniente de La Rinconada.
Los fanas aplaudieron el día que entró en el campo y les lanzó unos billetes (de 10 mil, de mil, de 10, nunca se supo) al delegado de campo y al cuarto árbitro. Amenazó con lanzar los cartones de cambios y las fichas como ya lo hiciese alguien más en los noventa.
La foto que adorna este post es del día que protestó públicamente los manejos dentro de la federación. Un "irreverente" diría el doctor Páez. Luego le puso la entrada a 25 mil a los hinchas de Caracas en un clásico. Así de inesperado y ocurrente era el personaje.
La gente iba a la cancha por tres razones: Stippa, Penal Millonario y Suanno. ¿Pan, tierra y trabajo?
Uno de los mejores episodios de la historia de Chacao, pese a que todos sabían que el final era cuestión de tiempo.
Por Cóndor
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