Faltó, como siempreCaracas no se complicó.
Eso es cierto, pero sí se le puso más cuesta arriba.
A nadie le gusta perder (?), menos cuando tienes tu futuro en tus manos.
Pero al rojo le pasó lo que casi siempre le pasa a los equipos venezolanos en las instancias decisivas: se cayó.
Ahí no hubo banderas, trapos o cánticos que valieran para evitar la derrota.
Del equipo que jugó de forma inteligente y aprovechó los cinco minutos de fama (?) contra Católica en Chile quedó poco. Predecible, sin ideas, impotente por momentos, el equipo capitalino perdió por errores propios ante un rival que lo estudió bien, lo desactivó y, aunque sin brillo, mereció ganar.
Pese a todo, la mesa quedó servida para el clásico del domingo en San Cristóbal.
Eso es cierto, pero sí se le puso más cuesta arriba.
A nadie le gusta perder (?), menos cuando tienes tu futuro en tus manos.
Pero al rojo le pasó lo que casi siempre le pasa a los equipos venezolanos en las instancias decisivas: se cayó.
Ahí no hubo banderas, trapos o cánticos que valieran para evitar la derrota.
Del equipo que jugó de forma inteligente y aprovechó los cinco minutos de fama (?) contra Católica en Chile quedó poco. Predecible, sin ideas, impotente por momentos, el equipo capitalino perdió por errores propios ante un rival que lo estudió bien, lo desactivó y, aunque sin brillo, mereció ganar.
Pese a todo, la mesa quedó servida para el clásico del domingo en San Cristóbal.
Por Cóndor
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