28.1.12

Hay jugadores... y Edgar Jiménez

Después de tirar la serie por la borda

Caracas dio pena en el Centenario.

Peñarol lo goleó sin atenuantes, 4 a 0. Como para que no quedase duda (?).

La visión más simplista del asunto -esa que la vida muchas veces te dice que es mejor seguir (?)- redujo la derrota al penal que falló Edgar Jiménez.

Jiménez fue un muchacho que Caracas supo sacarle a Mineros cuando todavía era juvenil. Lo vendieron desde temprano como una promesa. Bueno, eso pasa con prácticamente todo chamo que alcanza a agarrar algo de pista en el Caracas y a la larga resulta ser otro proyecto frustrado de ser como Ronald Vargas...

Poco a poco, con la presencia de tipos del peso de un Pájaro Vera, un Hernán Vigna (?), el jugador se fue abriendo paso. Ya para la época de la indiscutibilidad de Chita al frente del rojo, era una pieza clave. Así, a alguien se le ocurrió ponerle el remoquete de Exquisito (?) y empezó a degenerarse el asunto.

El tipo se lo creyó en serio y a su repertorio de cambios de frente -algo que se hace cuando cualquier mortal cuenta con uno o dos metros de espacio (?), pero aquí magnificaron- le agregó intrascendentes pisadas del balón en el medio y remates lejanos de media distancia que se iban por arriba. También algún encontronazo con el contrario, porque bueno, Caracas se respeta o algo así.

Con el paso del tiempo, los viejos se fueron yendo del equipo y quedó como capitán, dueño del vestuario, humillador de juveniles, armador de pleitos en partidos clave en un plantel donde también estaban caciques (?) como Lucena y Vega. Al mismo tiempo su peso -tienta escribir aquí "específico"- subió, por lo que se estacionó en el medio y se refugió en la media distancia.

Mientras, su relación con la selección fue de amor y odio (?). La nutrida cantidad de seguidores capitalinos lleva años pidiéndolo para la vino. Lo han convocado varias veces -desde aquel debut en el bizarro partido con el Inter de Milán en Italia- y no ha marcado mayor diferencia. Pero sigue con una horda amplia a favor en tribunas y redacciones que lo siguen pidiendo y pidiendo, como para que vaya a complementar a Rincón.

De un tiempo para acá, patentó par de jugadas. El intrascendente pase sin mirar en el medio es su sello distintivo. Se sabe que ese arte (?) no lo inventó él, pero lo adoptó como propio. No importa si es el minuto 1 o el 95, si van ganando 1 a 0 o si están perdiendo y esa pelota es la última, el inútil pase sin mirar se da, el innecesario pase sin mirar está.

La otra es el penal. Es difícil que cambie de palo su cobro o que cambie la forma de cobrar. Y, bueno, Carini -atajapenales él- se lanzó al palo respectivo y lo tapó...

Ahora Caracas depende de un milagro en la Libertadores.

Por Shinto

No hay comentarios.: