3.4.10

Y se cumplió el sueño de muchos

Vega hizo lo que pudo

En 1981, apenas si estábamos en el mapa.

Venezuela hacía lo que podía en el concierto del fútbol internacional.

Ya hacía varios años que el equipo había asumido (?) el papel de cenicienta sudamericana. Entre febrero y marzo particípó en la eliminatoria para el Mundial de España. Lo más resaltante es que en su cuarta ronda premundialista (quinta si se incluye la no participación en 1973) la vino por fin pudo obtener su primer triunfo.

El 15 de marzo de 1981 será recordado como el momento en que el cuadro de todos nosotros dejó de ser perdedor (?). Un gol de Pedro Acosta aquella vez fue suficiente para superar al rival boliviano. Un clásico había nacido (?).

Claro, cuando la selección subió a la altura y se apareció por el rincón de Brasil a donde la enviaron esa vez, o sea Goiania, recibió las goleadas de rigor. El sueño mundialista de los Vega, Acosta, Hernández y demás quedó en dos puntos y el último lugar del grupo por diferencia de goles en relación a Bolivia. Seguro la prensa de la época dijo con el nuevo récord de puntos logrado en la eliminatoria ahora el objetivo era Colombia 86.

Como era habitual en la época, la selección fue disuelta para reunirla alguna vez hasta la fase previa siguiente. Antes del cierre de 1981, ocurrió lo inesperado. España, clasificado de oficio a su Mundial por ser local -eso todo el mundo lo debe saber, igual había que decirlo (?)- decidió incluir en su preparación una gira por el continente americano. Junto a México, Chile, Colombia y Brasil, apareció Venezuela como destino de los gaitas (?).

Algún empresario pensó que era negocio traer a la selección hispana por la amplia colonia que vivía en el país, por el dinero que podía recoger, reviviendo lo que eran las series amistosas de clubes que se jugaban en otros años con los mejores conjuntos del mundo. En lo deportivo, se tiene que suponer que los en ese entonces dirigidos por José Emilio Santamaría ni idea de qué era el balompié en la patria de Bolívar.

Antes de aterrizar en México, la Furia perdió con Portugal. Después sí, a finales de junio de 1981 se embarcó en una gira que parecía sacada de un cuento (?). En suelo azteca ganó cómodo sus compromisos y de allí emprendió vuelo hacia Caracas. Mientras, los de aquí estaban corriendo para armar un equipo de 16 jugadores y ponerlo a entrenar a las órdenes de Luis Mendoza a partir del 25 de junio.

La lista final fue interesante, porque estaba cargada de jóvenes del torneo local que pintaban como la base para la eliminatoria que se jugaría cuatro años después. El tiempo le dio esa oportunidad a unos pocos. La base del equipo era el Galicia, pese a que eran tiempos de Táchira, Estudiantes y Portuguesa. Habituales como Vicente Vega, Pedro Castro o Vicente Flores eran acompañados de debutantes como Ernesto Chacón o Gaby Barreiro.

España llegó a la capital y de inmediato se quejó de la cancha y pidió medidas herméticas de seguridad. El plantel de Mendocita se preparaba ilusionado. Por ejemplo, Flores prometió hacer un gol. Estaban emocionados de ver frente a frente a Arconada o a Juanito. La gente también, para ellos jugaba la selección europea, que se preparaba para hacer un gran Mundial en casa, con un equipazo irrepetible (?).

28 de junio de 1981. El Olímpico ucevista, escenario de tantas hazañas, la sede en pocos meses de los Juegos Panamericanos, recibió un histórico Venezuela-España. Todo empezó bien: sonó el himno de aquí, el de Colombia para el árbitro (?), y cuando le tocaba al de España... No apareció el disco. Los gallegos querían cantarlo o no jugaban. El estadio vuelto al revés buscando el fulano acetato. Hasta que apareció, cuando ya los suplentes hispanos se disponían a cantarlo a garganta batiente (?).

El partido arrancó y de inmediato España marcó. Juanito marcó apenas al 8 y ahí se acabó el partido. Los visitantes no tuvieron que apretar y sin ofrecer mucho aguantaron a un local que no tenía recursos, más allá de las ganas. Antes del descanso, un tiro en el palo avisó que si querían los vestidos de azul podían golear. Vega, como era normal, trabajó bastante. En el 72, cayó Zamora en el área y Satrústegui transformó el penal en el 2-0 definitivo. Chacón alcanzó a pegar un tiro en el palo pero ya era tarde.

El técnico Santamaría resumió el partido en pocas palabras: "Venezuela no es una potencia futbolística, pero a mí me importa cómo se desenvuelven mis hombres, no el contrario". La selección fue calificada de discreta, ingenua, sencilla, limitada para abajo.

La visita a Caracas terminó siendo una más. Los resultados no acompañaron tampoco, porque empataron en Colombia y Chile y perdieron en Brasil. Más aún, jugaron su Mundial y con una presentación sin grandes cosas para rescatar llegaron a segunda ronda y de ahí no pasaron. Venezuela siguió en lo suyo, juntándose de vez en cuando para recibir plan en los partidos oficiales. Así fue por unas décadas más.

Este es el post 700 en el historia de Eterna Caimanera, gracias por aguantarnos (?). A continuación la ficha del partido:

Venezuela 0 España 2

Domingo 28 junio 1981, Olímpico, Caracas

Árbitro: Guillermo Velásquez (Colombia)

Venezuela: Vicente Vega, Miguel Pacheco, Pedro Castro, Pedro Acosta, Emilio Campos, José Luis Castrillo, Nelson Carrero (César Marcano), Bernardo Añor, Pedro Febles, José Regueiro (Ernesto Chacón), Vicente Flores. DT: Luis Mendoza.

España: Luis Miguel Arconada, José Antonio Camacho, José Ramón Alesanco, Miguel Tendillo, Rafael Gordillo, Joaquín Alonso, Miguel Ángel Alonso, Jesús María Zamora, Juanito (Carlos Santillana), Jesús María Satrústegui, Marcos Alonso (José Vicente Sánchez). DT: José Emilio Santamaría.

Goles: Juanito 8', Jesús María Satrústegui 73' p.

Por Cóndor

1 comentario:

condor dijo...

otra del recuerdo en un post de celebración? hay que inventarse para el 800!