29.8.07

No nos sorprendamos

Uno de tantos nulos

Pasó la Copa Sudamericana.

Para el fútbol nacional pasó rápido como siempre.

Esta vez fueron Zamora y Carabobo. Los llaneros parecieron en algún momento capaces de revertir la historia. Pero tener al Caliche, al Camello, al Ñoco... no ayudó a darle seriedad (?) al asunto. Por lo menos hicieron un golito y el técnico dio el paso al costado.

Lo del cabito sí es más impublicable. Lo pasearon toda la serie. Se comió un berenjenal de goles. Sin embargo, entregó varias nuevas o rejuvenecidas estrellas. A Steinbach lo conocemos todos. Pero no a Anderson De Lima, a Lucas Abraham, a Diego Figueroa...

Caso aparte es Richard Ocampo. El uruguayo es un ejemplo (?) a seguir. Es la versión yorugua del inefable Ancho Ibarra, ídolo de Tacuary en Paraguay. Claro, no tiene la pegada ni la técnica de Emilio.

Intenta compensarlo con garra, pero quedó demostrado que ni en altura ni en llano el Barril -en la foto que conseguimos aún tiene cabello- puede moverse a sus anchas. Nunca le vimos hacer una falta, sí cortar alguna pelota que luego entregaba cuadrada.

Si nos preguntan es el recuerdo que nos deja la Nissan este año. Porque ahora nos toca verla por tv.

En verdad es un ejemplo a seguir. Sigue desparramando magia por nuestras canchas, Barril.

Por Cóndor

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