Caracas cayó en Chile.
Enfrente, un equipo con doce. Y no porque Alexis Sánchez sea difícil de parar, porque Cejas sólo ataja contra el rojo o Villarroel las da todas redonditas. No. Es que el local, además de veinte mil simpatizantes tenía a un árbitro peruano a su favor. Y como a Táchira, jodió al actual campeón. Y el buen partido caraqueño, y el gol del Maestrico, todo eso el inca lo envió al diablo.
Para nosotros no fue penal. Lo que si fueron: la patada de Weymar, la mano del delegado, la patada de Champeta (¿Champetada II?), la manga coñaseada, el labio del Zurdo...
Igual, Garay trajo la concordia en el fútbol nacional. Desde aquel momento en que todos salieron a condenar los hechos del Táchira-Caracas, no había tanta coincidencia de conceptos entre los analistas: "Nos robaron", "Jugaron con doce", "Garay da el triunfo a Colo Colo"... Una sonora puteada, justa por demás.
La semana que viene estará River. Pero en Cúcuta. Las catorce horas en expreso (?). Para Maracaibo va Flamengo. La Copa se puede acabar la semana que viene, así que attenti.
Por Cóndor
No hay comentarios.:
Publicar un comentario