Ambiguos todosPuerto La Cruz.
Fue el destino elegido para vivir un episodio (?) de esos que marcan la historia de nuestro fútbol.
Todo el país futbolístico enfiló su mirada, tomó un avión, se subió a un autobús para confluir en la sede por excelencia (?) del fútbol nacional actual.
Para poder llegar allá, nos tocó bajarnos de la mula como dios manda por una entrada en una tribuna sin techo, en una ciudad calurosa y luego de hacer una descomunal cola.
Para conseguir el pasaje de autobús no hubo tanto problema, incluso el viaje rindió pese a la lamentable carretera a oriente.
En el Puerto, habían ventas de cosas relacionadas con el partido por todos lados. Mucho España, mucho Venezuela, como para escoger. También, como es habitual, comida a precios altos, el agua a precios del desierto (?) y así sucesivamente.
Para ingresar al estadio, que estaba como remendado, había que hacer una cola de consideración. Todo estaba demarcado, se nota que le sacaron hasta el último bolívar a cada cosa.
Ya dentro, nos tocó un puesto tranquilo, como para esperar el juego sin problemas. Antes, hicieron unos bailes típicos. Salieron los equipos a entrenar y estuvo la copa mundial exhibida en la pista de tartán, como por cumplir.
El público estaba entusiasmado, pero, por si habían dudas, el público de selección es una cosa distinta al de club. Como España lo definió temprano, se apagó rápido, además, el calor no estaba fácil.
Al medio tiempo, los jugadores no pudieron calentar por más bailes y un patético (?) hombre cohete que no sabía volar. Nosotros ni nos pudimos parar de la silla, estaba full el escenario.
Con tres goles encima, la gente no reparó gritos y esfuerzo para cantar dos goles que no valieron en el segundo tiempo. A esa altura, todos eramos varios miles de bolos más pobres, gracias al agua, al refresco o a lo que pasase para matar el calor.
Con el final del partido, la salida tuvo sus complicaciones... pero ni una gota de lluvia para refrescarnos.
Mucha bulla y el partido pasó en un momentico, todos para su casa, y el show mediático fue más mediático que real.
Fue el destino elegido para vivir un episodio (?) de esos que marcan la historia de nuestro fútbol.
Todo el país futbolístico enfiló su mirada, tomó un avión, se subió a un autobús para confluir en la sede por excelencia (?) del fútbol nacional actual.
Para poder llegar allá, nos tocó bajarnos de la mula como dios manda por una entrada en una tribuna sin techo, en una ciudad calurosa y luego de hacer una descomunal cola.
Para conseguir el pasaje de autobús no hubo tanto problema, incluso el viaje rindió pese a la lamentable carretera a oriente.
En el Puerto, habían ventas de cosas relacionadas con el partido por todos lados. Mucho España, mucho Venezuela, como para escoger. También, como es habitual, comida a precios altos, el agua a precios del desierto (?) y así sucesivamente.
Para ingresar al estadio, que estaba como remendado, había que hacer una cola de consideración. Todo estaba demarcado, se nota que le sacaron hasta el último bolívar a cada cosa.
Ya dentro, nos tocó un puesto tranquilo, como para esperar el juego sin problemas. Antes, hicieron unos bailes típicos. Salieron los equipos a entrenar y estuvo la copa mundial exhibida en la pista de tartán, como por cumplir.
El público estaba entusiasmado, pero, por si habían dudas, el público de selección es una cosa distinta al de club. Como España lo definió temprano, se apagó rápido, además, el calor no estaba fácil.
Al medio tiempo, los jugadores no pudieron calentar por más bailes y un patético (?) hombre cohete que no sabía volar. Nosotros ni nos pudimos parar de la silla, estaba full el escenario.
Con tres goles encima, la gente no reparó gritos y esfuerzo para cantar dos goles que no valieron en el segundo tiempo. A esa altura, todos eramos varios miles de bolos más pobres, gracias al agua, al refresco o a lo que pasase para matar el calor.
Con el final del partido, la salida tuvo sus complicaciones... pero ni una gota de lluvia para refrescarnos.
Mucha bulla y el partido pasó en un momentico, todos para su casa, y el show mediático fue más mediático que real.
Por Cóndor
No hay comentarios.:
Publicar un comentario