La fiesta nacional terminó.
El cierre del año futbolístico fue extraordinario.
Lamentablemente, el resto de la temporada no lo fue (?).
Caracas arrolló a Táchira, con fútbol, inteligencia y cuatro goles. Al definir la serie a su favor dejó algunas cosas en claro, aparte de que a los aurinegros hace rato se les olvidó divertir a su grada.
Al equipo de Cefe (?) se le ocurrió jugar bien en los dos partidos finales, y eso alcanzó. Pueblo Nuevo hasta las banderas no fue suficiente para cambiar la historia, que pareció sentenciada en la ida.
Los destrozos de después del partido fueron el toque final para una campaña olvidable en muchos sentidos.
Por Cóndor
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